domingo, 16 de septiembre de 2012

Bienvenido a Horus 5


Horus 5

-Bienvenido a Horus 5- Dijo el capitán de la guardia y acestó un salvaje golpe a la boca del estómago del otro. Después, una patada, un rodillazo apenas el otro cayó a sus rodillas, un gancho a la pera, al tiempo de -Bien. Ve. Ni. Do.- La sangre salpicó al detentor y al detenido, salpicó el piso, pero el detenido no emitió sonidos voluntarios. Es decir, los únicos ruidos que provinieron de él fueron el crujir de sus huesos y los golpes contra sus músculos. Yació en el suelo, inmóvil, boca abajo. La sangre caliente brotó en pequeños riachuelos de su boca, de su sien, de un ojo, de ambas rodillas. "Es asombroso que aún no esté muerto, ¿cómo aguanta?" Surgió el pensamiento en la mente del captor. Lo reprimió en un instante, furioso, canalizando luego la furia hacia su presa. El único ruido ahora es el de la pesada respiración del detenido, que se esfuerza para minimizarlo. ¿Sentido del honor, intento de suicidio? ¿Miedo?


"No, no puede ser que éste, que *éste* sienta miedo. No.. no ante mí." Brotó la idea de la mente del captor, y trajo a primer plano los reportes, los rumores. Natural masculino irrumpe en banco, mata guardia, escapa sin robar nada. Dicen que tiene invisibilidad, y súper velocidad. A mí me contó un amigo de un amigo de mi hermano, que está apostado en Apotamox, que él o uno como él entró a la base, rompió todos los aviones y lo único que agarraron fue dos segundos en una cámara de seguridad. Es un extraterrestre, dicen.


-Dicen, dicen, dicen.- Dijo el capitán mientras se movía lenta y atentamente alrededor del cuerpo yaciente del cautivo, sin quitarle la mirada de encima, la mano en la culata de la pistola enfundada. -Pero, ¿cuánto es verdad? ¿De verdad es como dicen, que robaste un banco, que tenés poderes mágicos, es decir, *sin* aumentos?- Se frenó al lado del prisionero, que se mantuvo inmóvil, sucio y ensangrentado, boca abajo en el suelo. Sosteniéndose sobre rodillas y codos. El capitán lo miró unos segundos, tratando de comprender esta situación aparentemente incomprensible. Se enojó. -¡¿Y?! ¡¡Contestá!!- le gritó, el otro inmóvil. En su rabia, le pegó con el talón de la bota en el costado, para darlo vuelta y verle el rostro.


Un milisegundo antes de que la bota tocara al prisionero, el prisionero explotó en una rabia asesina, transformado en un animal, incluído el rugido de león. Agarrando los costados de la bota con ambas manos, la torció casi una vuelta completa, rompiendo hueso y tendones y últimamente volteando a su captor, tirándolo al piso. Sorprendido, sin tiempo a gritar del dolor, el captor quedó boca abajo en el suelo. Los roles se invirtieron y el prisionero se volvió torturador, abalanzándose sobre el capitán sin dudar un segundo.


Al mismo tiempo, del otro lado de la pared, los que vigilan a través de las paredes secretamente traslúcidas de la celda sudaron mientras trataban frenéticamente de traer toda la ayuda posible a esta inminente brecha de seguridad. Apretando botones, sonando alarmas, avisando a todas las unidades disponibles acercarse inmediatamente al área de contención B47, que no es un simulacro. Repitieron, que no es un simulacro.


Fue la primer y última vez en su trabajo que tuvieron que ayudar al interrogador, e hicieron todo lo posible para recordar su entrenamiento. Pero antes de que pudierann hacer algo, y ciertamente antes de que el interrogador pudiera hacer algo, ya era demasiado tarde. El ex prisionero taladró la espalda del ex interrogador con golpes veloces como relámpagos y sonoros como truenos, llegando hasta el concreto debajo del tórax del ex-interrogador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario